Hace unos meses fui en busca de un amplificador de tamaño mini para tocar en el salón de casa y que los vecinos no pudieran quejarse. Tengo uno de 200 W en el trastero que evidentemente queda para locales de ensayo, y cuando grabo lo hago por línea y con cascos, así que no possible complaints from the neighbors (aunque deberían pagarme por la cantidad de discazos que les hago oir todos los días). Anyway, al probar varios amplificadores resultó que para esas dimensiones el que mejor sonido daba - mejor dicho, el que menos horrorosamente sonaba - fue un ampli de la serie Hannah Montana (!!!). Os dejo una foto del engendro. Por supuesto, al entrar en la tienda de guitarras no faltaba ninguno de los clichés que os podáis imaginar: allí estaba el típico intelectualoide indie coñazo con gafas de pasta buscando una Fender jaguar, el típico hard-rocker tatuado buscando su Gibson Les Paul Goldtop, el quinceañero pajillero con acné buscando su Ibanez modelo Steve Vai, y cómo no, los que probaban guitarras y nos torturaban una y otra vez con los riffs de "Smoke on the water", "Starway to heaven" o "Enter sandman". De hecho, si uno entra a una tienda de guitarras y no hay un tipo dándo el coñazo con un archi-conocido riff entonces...¡NO ES UNA TIENDA DE GUITARRAS!
Aprovechando que he acabado de leer la biografía de YES ("Close to the edge", por Chris Welch) estos días no han dejado de sonar discos emblemáticos de este supergrupo del rock progresivo. Entre ellos "Yessongs", "Fragile", "90125" e incluso "Drama", el único disco en el que no figura Jon Anderson pero que a mí me parece perfecto de principio a fín. De paso, aprovecho para enchufar mi "super ampli" de Hannah Montana y tocar al unísono determinados temas. Me gusta tocar los riffs de "Owner of a lonely heart" y "Changes" del maravilloso "90125", y el "Rhythm of love" y "Love will find a way" del incomprendido "Big generator". Pero especialmente, me gusta darle al botón de replay cada vez que pongo "Shock to the system", de ese album hecho de retales llamado "Union", y tocar el riff principal y solear para desentumecer dedos. "Union" es un álbum odiado por casi todos los miembros de YES, de hecho Rick Wakeman se refiere a él como "onion" (cebolla, en español), porque cada vez que lo escucha le dan ganas de llorar. Pero a mí me parece que contiene varios temazos, como "The miracle of life" o el citado "Shock to the system". Desde luego la gira fue todo un éxito y el ver a todos subidos a ese escenario circular es un gustazo. Mi miembro favorito de YES es Chris Squire, pero me encanta la forma de tocar y el nuevo aire que le dió a la música de YES Trevor Rabin, un auténtico virtuoso. Aquí os dejo con "Shock to the system".