lunes, 3 de enero de 2011

El ateísmo de Stephen Hawking

En "La teoría del todo", Stephen Hawking, uno de los gurús de la cosmología, finaliza el libro con el siguiente párrafo: "Sin embargo, si descubrimos una teoría completa, debería en su momento ser comprensible en sus líneas generales por todos, no solo por unos pocos científicos. Entonces todos seremos capaces de tomar parte en la discusión de por qué el universo existe. Si encontramos la respuesta a ello, sería el triunfo definitivo de la razón humana, pues entonces conoceríamos la mente de Dios".

Bueno, pues...¡va a ser que no! En su último libro "El gran diseño", Stephen Hawking defiende la idea de que el universo tal como lo conocemos no es fruto de la mano de un Hacedor o Creador (llámese Dios o lo que sea) sino que surge naturalmente de la ley física, es decir, es una predicción científica. El hecho de que un científico de la talla de Hawking se pronuncie sobre una de las cuestiones capitales de la humanidad (¿existe Dios? o ¿El universo ha tenido un creador?) no deja de ser de un interés indiscutible. Y más en un momento de la humanidad en el que -y en palabras del propio Hawking- la "filosofía ha muerto". O lo que es lo mismo, las cuestiones que tradicionalmente han sido del campo de la filosofía, ahora lo son del campo de la física. Según Hawking, la filosofía no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, convirtiendo a los científicos en los "portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda de conocimiento". En esto último estoy bastante de acuerdo.

Pero vayamos por partes: vivimos en un planeta llamado Tierra, el cual orbita alrededor de una estrella mediana llamada Sol. Según Newton, las órbitas planetarias pueden ser círculos o elipses. Bien, en el caso de la Tierra, su órbita es del tipo elíptica con una excentricidad (grado de deformación de la elipse) de tan sólo un 2%, lo que significa que es casi circular. Esto es un gran golpe de suerte, ya que una excentricidad mayor hubiera significado una diferencia de temperaturas entre la etapa en la que está más cerca del Sol y la etapa en la que estuviera más lejos que hubiera hecho imposible la vida tal como la conocemos (Mercurio, por ejemplo, con una excentricidad de un 20%, tiene diferencias de temperaturas a lo largo de su órbita alrededor del Sol de hasta 110 oC). Además, afortunadamente, la Tierra está en la denominada "zona habitable" (estrecha región alrededor de la estrella correspondiente en la que las temperaturas planetarias son tales que puede existir agua líquida) del sistema solar. Es más, los "organismos vivientes" necesitan del carbono para ser, y el carbono es producido a unas condiciones y procesos altamente específicos de forma que si se cambiaran las reglas de nuestro universo tan sólo un poco las condiciones necesarias para nuestra existencia dejarían de cumplirse. En resúmen: parece que nuestro universo y sus leyes han sido diseñados con exquisita precisión para permitir nuestra existencia y que, si tenemos que existir, queda poca libertad para su alteración. Así pues, ¿esta sintonización tan fina no sería una evidencia de que el universo fue diseñado por un Creador benévolo?

Hawking sostiene que, al albor de los ultimos avances en el estudio de la física y las leyes del universo, la ciencia ofrece otra explicación. Según Hawking, al aplicar la teoría cuántica y la relatividad general en el universo primitivo -cuando tenía un tamaño ínfimo, tan minúsculo como el tamaño de Planck, es decir, una milmillonésima de billonésima de billonésima de centímetro-, la dimensión tiempo no existiría, es decir, ¡no existiría un tiempo como el tiempo que conocemos ahora! En su lugar, el tiempo se comportó como una dimensión espacial extra, por lo que si el tiempo se puede comportar como una dirección más del espacio implica que la cuestión de qué ocurrió antes del inicio del universo deja de tener sentido. La observación de que el tiempo se comporte como el espacio presenta una nueva alternativa: elimina la objeción inmemorial a que el universo tuviera un inicio y significa, además, que el inicio del universo fue regido por las leyes de la ciencia y que no hay necesidad de que sea puesto en marcha por algún Dios.

Además, debido a esos tamaños iniciales el origen del universo debería ser descrito en términos cuánticos aplicándose los métodos de Feynman para todas las posibles historias. Desde esta perspectiva, el universo apareció espontáneamente, empezando por todos los estados posibles, la mayoría de los cuales corresponden a otros universos. Mientras que algunos de dichos universos son parecidos al nuestro, la gran mayoría es muy diferente. No diferirían tan sólo en algunos detalles, sino que diferirían incluso en las leyes aparentes de la naturaleza. Esta idea es la denominada como MULTIUNIVERSO. Esto significaría que nuestro hábitat cósmico -la totalidad del universo observable- es tan sólo uno entre otros muchos, tal como nuestro sistema solar es uno entre muchos otros. Según Hawking, ello quiere decir que de la misma manera que las coincidencias ambientales de nuestro sistema solar son convertidas en irrelevantes al darnos cuenta de que existen miles de millones de sistemas planetarios, los ajustes finos en las leyes de la naturaleza pueden ser explicados por la existencia de miles de millones de universos. Así, el concepto de multiuniverso puede explicar el ajuste fino de las leyes físicas sin necesidad de un Creador benévolo que hiciera el universo para nuestro provecho. La creación espontánea (según la teoría cuántica) es la razón por la cual existe el universo. No hace falta invocar a Dios para encender las ecuaciones y poner el universo en marcha. Por eso hay algo en lugar de nada, por eso existimos.

Así que...voilá: Dios no existe, punto final.

¿O...no? Entiendo que no tiene sentido creer en un Dios (o Dioses), se llame como se llame, si ese Dios en cuestión no ha contribuido en la creación del universo. Por lo tanto, Hawking al declarar la total ausencia de un Creador en el diseño del universo se declara a sí mismo ateo. Sin embargo, el ateísmo de Hawking es diferente del de otros grandes nombres de la filosofía y cultura contemporánea como Feuerbach, Marx, Nietzche, Sartre o Freud. Para Sartre Dios está muerto no porque haya sido sustituido por un "superhombre" (como propugnaba Nietzsche), sino porque ha sido dejado de lado por el conjunto de los hombres, que lo considera algo superfluo y sin ninguna incidencia en la vida corriente. Hawking, por el contrario, ha buscado a Dios, pero la ciencia, en un momento determinado, le ha respondido que no existe.

Haciendo de abogado del diablo, habría algunas objeciones que poner al argumento de Hawking. Una de ellas es que la Teoría M (de la cual hablaré en otro blog) y toda la teoría cuántica de los posibles de Feynman no han sido demostradas experimentalmente (el experimento de la doble rendija es lo más cerca que se ha estado). El hecho de que las teorías predigan la existencia de dimensiones extra (¡hasta 7 distintas de las que somos capaces de ver!), o la presencia de infinitos universos, o la creación espontánea por fluctuaciones en el vacío, etc no significa que deban existir realmente, ya que, incluso conceptos tan trillados como los quarks o los agujeros negros se cree que existen pero nadie ha conseguido verlos. De la misma manera que muchos creen que Dios existe pero no han conseguido verlo más que a través de la fe. El propio Hawking admite que la Teoría M, la más fundamental y que englobaría al conjunto de todas las fuerzas y teorías anteriores para explicar el universo y sus leyes, está todavía en proceso de poder ser descifrada, y que "puede que no sea posible conseguirlo...Podría ser que la tradicional expectativa de los físicos de una sola teoría de la naturaleza sea inalcanzable y que no exista una formulación única. Podría ser que para describir el universo tengamos que emplear teorías diferentes en situaciones diferentes". Por lo tanto, aunque Stephen Hawking tenga toda mi admiración, seguimiento y respeto como científico y pensador, me parece aventurado basarse en teorías aún no cerradas para declarar la no existencia de un Creador. Quizá en el futuro, al igual que todos los ejemplos pasados de teorías que han sido mejoradas o rebatidas (Galileo o Newton, por ejemplo), podamos llegar a encontrar en el submundo cuántico huellas de la mano de Dios.

Lo que es cierto es que la creencia en Dioses o entidades superiores ha acompañado al hombre desde sus orígenes. Los enterramientos funerarios y el sentido de la trascendencia nos ha diferenciado del resto de organismos vivos que pueblan la Tierra. Existe una teoría para cada pueblo que describe la formación del universo basada en un Creador o Creadores de naturaleza divina o suprahumana. De hecho, aunque admitamos la existencia de una ética universal a la cual debe estar sujeta el conjunto de religiones, nuestros conceptos del "bien" y el "mal" están fuertemente adheridos a nuestras creencias religiosas heredadas. Creo que se tardarán todavía milenios en que la raza humana evolucione -si este es el caso- hacia individuos que estén libres de cualquier resíduo religioso. Además, desde el mundo de los sentimientos la frialdad de la ciencia es aplastante: en última instancia, y si las teorías lo demuestran, no seremos más que fruto del azar, una aglomeración en un limitado y escaso periodo de tiempo de polvo de estrellas, antes de volver a la eternidad de los ciclos cósmicos. Aún más, todos, absolutamente todos, ricos y pobres, generosos y egoístas, idealistas o rampantes, nos enfrentaremos con una cuestión fundamental, que nos sitúa cara a cara enfrente de las preguntas últimas. Esa cuestión ineludible es la muerte. Y donde la ciencia ofrece una respuesta fría y desoladora, la religión ofrece esperanza y consuelo. Un no creyente se enfrentará al problema de la muerte desde la soledad de saber que no existe nada, mientras que un creyente tendrá la esperanza de que perdurará en algún lugar, y si luego resulta que Dios no existe dará igual, porque no tendrá conciencia para, una vez muerto, darse cuenta de ello.

En mi modesta opinión, el debate sobre la existencia o no de un Creador sigue muy abierto.

Un saludo